En la antesala del aniversario, muy celebrado en el país de Quetzalcoatl, de la INDEPENDENCIA MEXICANA y a modo de redacción como carta al Director, sería necesario una profunda reflexión sobre las labores periodísticas en tan hermoso país.
El que suscribe tuvo la dicha de vivir y hundir los pies en las raíces mexicanas, de la misma forma que hundimos los pies en la playa cualquier día de verano. Sin embargo no todo fue bien por cuestiones que no vienen al caso, pero si es cierto que hay que estar muy atentos a cualquier movimiento porque en cuanto te despistas, el mexicano culturalmente y de forma general, no es ninguna verdad absoluta, está preparado para chingarte.
En mi caso concreto, los problemas más relevantes los tuve con autoridades como migración donde se establece ser uno de los organismos más corruptos del país por eso de los extranjeros y las mordidas, con autoridades locales e incluso de ámbito estatal.
Cuando te ves en esa situación, tan desagradable y amarga, no sabes a dónde mirar, a dónde dirigirte y ahí es donde entra en escena ese salvavidas, esa esperanza llamada PRENSA.
SÍ, como decía mi ya amigo y periodista nato, alguien que lleva la prensa en la genética, el señor JUAN MANUEL CERVANTES, «LA PRENSA EMPODERA». Cuando surgía algún problema en contra de nuestros propios derechos y atendiendo a la propia legislación mexicana, era muy común el darse la omisión y deber de socorro de las autoridades, pues ellas mismas son las implicadas en muchos casos. Por esa razón y siempre haciendo un uso ético y magistral de su pluma, exponiamos el caso en el espectro público de forma objetiva, pues por respeto en ambas partes, nunca escribía para beneficiarme a pesar de su opinión personal y nunca lo utilice por intereses personales. Simplemente nos acercábamos a la PRENSA como altavoz (o bocina como dicen allá) para hacer consciente al resto de ciudadanos de lo que estaba aconteciendo en cada momento.
En la mayoría de los casos, al menos lograbamos que los diferentes agentes implicados en la noticia, giraran (voltearan) la cabeza hacia el problema hasta antes ignorado, aunque en otras ocasiones la falta de vergüenza en otros agentes hacían y hacen a día de hoy que miren a otro lado.
Sin embargo, podemos concluir que empodera al ciudadano, al pueblo, cuando éste se siente pisoteado por el poder político, económico o de la índole que sea.
Esa es la razón por la cual las labores periodísticas se hacen peligrosas ya no solo en el país de los exquisitos tamales o los deliciosos pozoles prehispánicos, sino en cualquier parte del mundo.
Lamentablemente en este sentido tenemos que señalar que cada año se contabilizan los profesionales asesinados y cuyos casos quedan sin resolver.
Simplemente quería homenajear con éstas líneas las labores periodísticas y agradecer al señor Juan Manuel su profesionalidad (profesionalismo) y su valentía, añadiendo de ésta forma un adjetivo más al título que encabeza este texto y es: » VIVA MÉXICO Y VIVA EL PERIODISMO, CABRONES»
De corazón deseo vivan unas hermosas fiestas (celebraciones) el próximo día 16, día del GRITO O Independencia mexicana.
Por Juan Jesús Nieves (Isla Cristina)