Huelva no renuncia a recuperar su histórica y amplia tradición almadrabera

Casi cuatro décadas hace ya desde que se caló la última almadraba activa en las costas onubenses. Fue en la campaña de la captura del atún de 1986, y con el cierre por parte de la empresa Anusa de la almadraba de Nueva Umbría, situada en pleno Paraje Natural Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido, donde languidecen desde entonces sus restos, se perdió una de las pesquerías más importantes de la provincia de Huelva, que ha contado a lo largo de los siglos con numerosas instalaciones de este tipo jalonadas a lo largo de todo el litoral, en municipios como Ayamonte, Isla Cristina, Punta Umbría o la propia capital provincial.

Dicha actividad, no obstante, ha dejado tras de sí toda una cultura en torno al mundo del atún, que aún permanece latente en determinadas localidades, especialmente en Isla Cristina, que estos días acoge unas jornadas que alcanzan este año su vigésima edición, el ya tradicional Encuentro de Capitanes de Almadraba organizado por la Asociación de Amigos del Atún, que convierten cada año por estas fechas a dicho municipio en la capital mundial de esta preciada y revalorizada especie.

Publicidad.

Así, la costa de Huelva se resiste a perder por completo esta tradición, y la Fundación Savia por el Compromiso y los Valores, en un nuevo intento por recuperar una almadraba para el litoral onubense, ha presentado recientemente una propuesta en la que se detallan los principales argumentos que dan viabilidad a la iniciativa.

Dicha entidad es clara al afirmar que, calar ahora una almadraba en Huelva «es posible y viable» y sus efectos «son claramente positivos», ya que podría convertirse en elemento «de enorme valor y prestigio» para el conjunto de la provincia.

Según explica Savia, el principal motivo por el que actualmente no hay almadrabas en el litoral onubense es la inexistencia de asignación de cuota de captura para ello, lo cual corresponde habilitar a las administraciones de la Unión Europea.

En la propuesta se pide que, de forma conjunta, el Ministerio de Agricultura y Pesca del Gobierno de España y la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta, insten a la UE a que conceda una licencia de almadraba y cuota de captura para la costa de Huelva. Con dicha posibilidad abierta, podrían iniciarse en paralelo los trabajos destinados a estudiar su posible ubicación, diseño y características. El documento fue presentado el pasado 22 de agosto a la Diputación de Huelva, con el objeto de «impulsar la propuesta», así como para «ampliar y seguir trabajando» en el proyecto.

La histórica vinculación de Huelva con el atún rojo

La vinculación de Huelva con el atún rojo (Thunnus thynnus) y su pesca mediante la ancestral técnica de almadraba es, según Savia, un hecho de «incuestionable importancia y relevancia». Los archivos históricos evidencian que, a lo largo de los siglos, Huelva ha sido una de las zonas de captura de esta especie más importantes del mundo, junto a Cádiz, Sicilia o Cerdeña. Pero diversas circunstancias económicas, legales y sociales, motivaron que dejasen de calarse regularmente las almadrabas en la costa onubense en la década de los 60 del siglo pasado.

A pesar de ello, prosigue, existen hoy «numerosos y poderosos» argumentos para concluir que la recuperación de, al menos, una almadraba en Huelva, tendría «enormes beneficios sociales, culturales, turísticos, pesqueros y económicos para la provincia».

Sobre la viabilidad técnica del proyecto, la Fundación incide en la actual recuperación de la pesquería, dado el «enorme éxito» de las almadrabas que se calan cada año en la costa gaditana, concretamente en Conil, Barbate, Zahara y Tarifa, las cuales son de «similares características» a la que se propone para Huelva. En los últimos años dichas instalaciones están alcanzando sus cuotas de pesca asignadas «de forma muy rápida y holgada».

Asimismo, los estudios de los centros de investigación internacionales especializados en la materia «confirman que las poblaciones de atún rojo se están recuperando de forma muy satisfactoria», lo cual se evidencia en la costa onubense con el avistamiento de numerosos ejemplares durante el verano.

Por otra parte, la viabilidad financiera y económica del proyecto también está prácticamente garantizada, ya que según la Fundación Savia, empresarios vinculados al sector «han manifestado su interés y disposición a realizar las inversiones necesarias para la puesta en marcha de la actividad» hasta el punto de que «en los últimos años se han elaborado proyectos con un gran nivel de detalle y precisión» los cuales se encuentran «a la espera de tener la posibilidad de iniciar la actividad».

Otro de los elementos fundamentales para la puesta en marcha de una almadraba es contar con potencial humano para ello, el cual existe en la costa onubense ya que «la amplia tradición» en esta pesquería, ha generado un «amplio y profundo conocimiento» en la materia entre la marinería onubense, «cuyo buen hacer es de reconocido prestigio en todo el mundo».

‘La gente de Poniente’, como popularmente se conoce a los profesionales almadraberos del litoral onubense, han acumulado «un saber y una experiencia» por los que «siguen siendo muy demandados» por las actuales almadrabas, en las que «llevan ocupando desde siempre los puestos de máxima responsabilidad». Así, las «zagas de capitanes de almadraba -arráez y sotarráez- onubenses, y el personal especializado en el resto de labores necesarias para el desempeño de la actividad como la carpintería de ribera, el cabotaje, el calado o el propio procesado del atún, supone todo un aval que permitiría poner en marcha con todas las garantías una almadraba en la costa de Huelva».

La viabilidad comercial de la iniciativa también está muy clara para la Fundación, que afirma en su documento que el atún rojo «está de moda» y «no para de crecer el número de establecimientos de alta cocina que lo incluyen en sus cartas», así como «cada día es más demandado por el consumidor, que está aprendiendo a apreciarlo».

También el mayor conocimiento de las tradiciones orientales, sobre todo la japonesa, que tiene en el atún rojo uno de sus platos estrella, ha contribuido a popularizar su consumo.

Por todo ello, según el documento, en estos momentos «la demanda supera en creces a la oferta», un diferencial que no para de aumentar y que hace que, en condiciones de libre mercado, el atún rojo de almadraba sea actualmente una de las materias primas más cotizadas del mundo.

Otros elementos que contribuyen claramente a potenciar la idea de que la recuperación de una almadraba en la costa de Huelva «resultaría ampliamente beneficiosa» más allá de su actividad específica son la existencia en la zona de una potente industria conservera y salazonera; o del distintivo Indicación Geográfica Protegida -IGP- Mojama de Huelva, un producto ampliamente reconocido y demandado que aumentaría su valor si las capturas de la materia prima necesaria para su elaboración se produjesen en la propia provincia onubense mediante una almadraba propia.

Igualmente aporta valor a la iniciativa la amplia tradición culinaria que, centrada en la especie, hay en toda la costa onubense, que se traduce en decenas las recetas tradicionales vinculadas al atún rojo. Desde las más humildes y caseras hasta las más excelsas. En este sentido, numerosos cocineros tienen su especialidad en las diversas partes del atún como lomo, descargado, ventresca, tarantelo, parpetanas, espineta, orejas o pejellito, entre otras muchas.

También son muchos los restos patrimoniales, instalaciones, utensilios o publicaciones que, en torno al mundo almadrabero, hay en la provincia de Huelva, siendo el caso más emblemático el poblado de Nueva Umbría, declarado Bien de Interés Cultural -BIC-. De forma adicional, en puntos como Ayamonte, Isla Cristina o Punta Umbría hay espacios donde conocer mejor la cultura del atún, cuya actividad se vería reforzada y ampliada con la presencia de una almadraba.

Claros ejemplos de ello son el CIT Garum de Isla Cristina, donde puede visitarse una exposición permanente de barcos, maquetas y otros elementos directamente vinculados a la cultura almadrabera, o los numerosos enclaves ligados a la misma entre plazas, chancas o viejas fábricas.

El vínculo emocional y de identidad con el mundo del atún es también un factor a tener en cuenta, ya que la costa de Huelva y su gente «se siente unida» a dicha especie y es «como si en los últimos años le faltase algo». Así, recuperar la almadraba sería como «recuperar uno de sus grandes símbolos de identidad».

Por último, es también destacable para Savia las numerosas actividades sociales y culturales que se desarrollan en la comarca en torno al mundo del atún, a pesar de que hace casi 40 años que no se cala una almadraba en la provincia.

La más destacada son los encuentros de capitanes de almadraba ‘Arráez y Sotarráez’ que se celebran en septiembre desde hace ya 20 años en Isla Cristina, las cuales arrancan este domingo con un ronqueo en público de un atún y que se prolongarán hasta el próximo día 18 con numerosas actividades técnicas, culinarias, artísticas y divulgativas, que convierten a Isla Cristina por unos días en capital mundial del atún. En la pasada edición, Antonio Aguilera, secretario de la Fundación Savia, fue el encargado de ofrecer el ya tradicional pregón almadrabero del encuentro, en el que bajo el título de ‘Civilización Atunera’, contribuyó a defender la necesidad de recuperar la actividad almadrabera en la costa onubense.