Varias personas de nacionalidad marroquí, aunque vecinos de Lepe y de otros municipios de los alrededores desde hace ya varios años, uno de ellos incluso casado con una mujer natural de Lepe, con la que tiene un hijo pequeño nacido en España y por tanto de nacionalidad española, han denunciado ante la Guardia Civil lo que consideran un “posible delito de discriminación” tras saber que se les estaban cobrando en un establecimiento hostelero de la localidad las consumiciones más caras que a los españoles.
La denuncia, a la que ha tenido acceso HuelvaCosta, fue interpuesta por uno de ellos el pasado día 19 de enero, y en ella relatan cómo detectaron que los pasados días 6, 7 y 8 de enero se les estaban cobrando las consumiciones a un precio más elevado que a amigos suyos españoles aproximadamente a las mismas horas y en el mismo espacio del local. Por ejemplo, afirman que los cafés se les cobraban a los españoles a 1,20 euros la unidad, mientras que ellos tuvieron que abonar dos euros por cada uno.
En la denuncia relatan que incluso por estos hechos fue avisada la Policía Local de Lepe, cuyos agentes acudieron al establecimiento hostelero en cuestión en dos ocasiones: una para comprobar la lista de precios del mismo, y otra para que se les facilitase a los afectados hojas de reclamaciones.
Además de sus testimonios, los denunciantes aportan también a la denuncia las hojas de reclamaciones interpuestas contra el establecimiento; los tickets de consumición tanto de los marroquíes, como de los españoles, los cuales reflejan los distintos precios cobrados por los mismos productos a horas similares y en los mismos días; así como varias grabaciones de audio (mensajes de voz) protagonizados presuntamente por los denunciados, en los que según argumentan se demuestra la veracidad de lo que denuncian ya que en ellos puede escucharse como en el espacio donde se ubica dicho establecimiento no se va a “permitir” que “se llene de moros” ya que “está hecho para la gente del pueblo, no para los inmigrantes”.
HuelvaCosta ha podido hablar con algunos de los afectados, uno de los cuales prefiere ocultar su identidad por miedo a posibles represalias laborales, a pesar de llevar 14 años en Lepe y de estar casado con una española con la que tiene una hija de cinco años.