La flota de barcos artesanales de la provincia de Huelva, integrada por unas 250 embarcaciones, ha puesto en conocimiento del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y de la Junta de Andalucía la problemática que está suponiendo para su actividad la «competencia desleal» por parte de algunas personas que practican la pesca deportiva, y que está generando pérdidas en las artes menores.
Así, las cofradías de pescadores onubenses solicitan a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca que se revise el decreto del año 2003 que regula la pesca deportiva en Andalucía al considerar que la normativa «ha quedado obsoleta frente a de la pesca profesional, que en la última década ha evolucionado y se ha adaptado para la preservación del medio y del caladero».
Así lo ha señalado el presidente de la Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores (Facope) y patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Punta Umbría (Huelva), Manuel Fernández, que ha destacando su «respeto» a quienes practican la pesca deportiva, apuntando que este «furtivismo» lo realiza «solo una parte» que «no cumple con la normativa».
Fernández ha añadido que en Andalucía hay miles de licencias -más de 3.000 solo en Huelva- que puede ser obtenida por «cualquier persona que aporte la tasa y el DNI, sin tener ningún tipo de información ni formación», y le posibilita salir a pescar los 365 días del año limitando sus capturas a cinco kilos por licencia, algo que «en muchos casos no se cumple y capturan más de lo debido».
El representante del sector ha subrayado que, «aunque no son todos», hay quienes pescan «hasta 20 y 30 kilos», lo que provoca que los pescadores profesionales, que hacen capturas de entre 20 y 40 kilos porque son pequeñas embarcaciones, «pierdan los ingresos que pueden hacer en un día, que son los justo para vivir y pagar el combustible».
Los barcos de artes menores se quejan de que esta actividad «se está convirtiendo en semiprofesional» llegando a hacerles «competencia desleal» porque «algunos venden los productos a comercializadores y a restauración de manera ilegal, ya que la pesca deportiva es para consumo propio con una limitación de kilos».
También ha recordado que los productos que se venden derivados de la pesca deportiva «no tienen trazabilidad sanitaria», por lo que se han reunido con las administraciones para reclamar una solución, solicitando a la Subdelegación del Gobierno «los medios adecuados para el control en el mar de esta pesca» y a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Junta, que realice controles a nivel de restauración y comercialización «para que esta pesca sea lo que tiene que ser, deportiva».
Igualmente ha reseñado la «importancia» de la pesca deportiva en Andalucía, por lo que cree que ambas «deben convivir» porque «el recurso pesquero es de todos los andaluces», pero «sin entrar en el terreno profesional», por lo que considera «necesaria» la revisión de esta normativa.
«Si los profesionales tienen dos meses de veda, especies limitadas, un número concreto de días laborables que pueden pescar y unos horarios impuestos, lo lógico sería que se hiciera lo mismo en la pesca deportiva, de forma consensuada entre sus representantes y los pescadores profesionales», ha mantenido el presidente de Facope, añadiendo que «los marineros tienen que vivir del recurso», mientras que para los que practican la pesca deportiva, la actividad es «un disfrute», pero que se tienen que llevar a cabo «bajo una normativa y un control».
Asimismo, Facope ha realizado una consulta al resto de provincias pesqueras para conocer si esta problemática se da en otras zonas «o es un caso concreto de la provincia de Huelva».
