Un equipo de investigación formado por miembros del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC, en colaboración con universidades canadienses y francesas, ha logrado un importante hallazgo en el campo de la agricultura. Han descubierto un gen que confiere resistencia al girasol contra una planta parásita llamada jopo, lo que permitirá el desarrollo de nuevas variedades que eviten la infección de manera natural.
El Orobanche cumana, también conocido como jopo de girasol, es un patógeno que causa grandes problemas en los cultivos de girasol en Europa. Esta planta parásita no tiene la capacidad de realizar la fotosíntesis, por lo que necesita colonizar a un huésped para obtener los nutrientes que requiere para sobrevivir. Cada individuo puede producir hasta 500.000 semillas y el suelo infestado puede permanecer así durante 20 años. Aunque los agricultores utilizan herbicidas y otros métodos para combatirlo, la siembra de variedades resistentes es la opción más sostenible y duradera.
Hasta el momento, se habían logrado variedades de girasol resistentes a ciertas razas del parásito, pero éste evoluciona y vence estas defensas. Por eso, es importante conocer dónde la planta tiene sus herramientas de lucha para poder crear una que sea impenetrable. En este sentido, los expertos han identificado un gen presente en una variedad silvestre de girasol que evita la colonización por parte de la raza G del jopo. Este hallazgo ha sido publicado en la revista Theoretical and Applied Genetics.
Además, se ha confirmado la posibilidad de transferir este gen al girasol cultivado para que adquiera resistencia natural contra esta mala hierba. Según la investigadora del IAS Begoña Pérez-Vich, autora del artículo, «hemos descubierto que la capacidad de defensa, incluso después de haber intentado infectar las raíces, está determinada por el gen Or Anom1, que se encuentra en el cromosoma 4 de la planta». Esto ayudará a mejorar los cultivos y a comprender mejor cómo interactúan con este parásito.
El equipo de investigación se propuso en primer lugar identificar plantas de girasol silvestres que presentaran defensas naturales contra el jopo. Después de evaluar varias especies del género Helianthus, encontraron una variedad de Helianthus anomalus que demostró ser completamente resistente a la raza G del jopo, la más extendida en Europa. Posteriormente, cruzaron esta variedad con una de girasol cultivado y confirmaron que la resistencia se traspasaba. Además, determinaron que la resistencia estaba controlada por un único gen, el Or Anom1, que se encuentra en una región específica del cromosoma 4 del genoma del girasol.
El estudio también explica cómo funciona este gen y los mecanismos de defensa que protegen al girasol contra el jopo. Según los investigadores, la raíz del girasol segrega unos componentes químicos naturales que detienen el crecimiento del jopo y evitan su colonización. Este descubrimiento es de gran importancia para la lucha contra el jopo sin la necesidad de emplear productos químicos.
Los expertos destacan la importancia de ampliar la base genética de la resistencia al jopo en el girasol para garantizar estrategias de mejora más duraderas y sostenibles, y acabar con la amenaza que representa esta mala hierba parásita.
Este estudio ha sido financiado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Agencia Estatal de Investigación, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional-Unión Europea y el INRAe de Toulouse (Francia). Con este importante descubrimiento, se abre una puerta hacia un futuro más sostenible en la agricultura, donde se podrá combatir al jopo de manera más efectiva y respetuosa con el medio ambiente.