El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) lidera un proyecto internacional que tiene como objetivo reducir el uso de fitosanitarios en cultivos de olivo y viñedo en la cuenca Mediterránea. El proyecto, llamado NOVATERRA, ha sido desarrollado durante los últimos cuatro años por un consorcio de 23 entidades y ha recibido una ayuda de más de 5,5 millones de euros de la Comisión Europea a través del programa Horizon2020.
Los productos fitosanitarios, también conocidos como pesticidas de síntesis, han sido utilizados en las últimas décadas para eliminar plagas en cultivos convencionales y ecológicos. Sin embargo, su uso puede representar riesgos para la salud humana y la biodiversidad. Por este motivo, Europa está impulsando la búsqueda de alternativas más naturales y sostenibles.
En este contexto, el proyecto NOVATERRA ha investigado cómo combinar diferentes estrategias para reducir el uso de fitosanitarios en las plantaciones de viña y olivo en la cuenca Mediterránea, donde representan prácticamente una de cada cinco hectáreas de cultivo en Cataluña.
Los resultados obtenidos demuestran que es posible reducir significativamente el uso de pesticidas de síntesis sin afectar al rendimiento ni a la calidad de los cultivos. Para lograrlo, se han combinado el uso de productos naturales, tecnologías de precisión y una mejor gestión del suelo.
En cuanto al uso de productos naturales, se han evaluado agentes de biocontrol, nanopartículas de cobre o azufre y feromonas degradables. También se ha probado la captura masiva de plagas mediante trampas. En cuanto a la tecnología de precisión, se ha utilizado maquinaria que aplica el producto fitosanitario solo en las zonas donde hay cultivo y un sistema de visión inteligente que detecta síntomas tempranos de plagas o enfermedades. Por último, se ha estudiado la importancia de una buena preparación del suelo, utilizando infraestructuras ecológicas y un robot para el control de malas hierbas.
El proyecto NOVATERRA ha presentado sus resultados en unas jornadas celebradas en las instalaciones del IRTA, en Caldes de Montbui, y en Agròpolis y la Universidad Politécnica de Catalunya. En ellas han participado representantes de empresas, universidades y centros de investigación, así como agricultores catalanes de olivo y viñedo interesados en aplicar estas estrategias en sus cultivos.
El IRTA tiene previsto ampliar estas investigaciones a otros tipos de cultivos en proyectos futuros, con el objetivo de avanzar hacia una agricultura más sostenible en términos económicos, medioambientales y sociales. A pesar de que este año Europa ha dado un paso atrás en cuanto a la reducción del uso de fitosanitarios, es importante seguir trabajando en la optimización de su uso y el de otros recursos como el agua, los fertilizantes y la energía. Solo así podremos lograr una agricultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.