La Guardia Civil investiga la agresión, atraco y asalto del que ha sido objeto un vecino de Gibraleón, que regenta el Bar Centro de Salud, según ha denunciado a través de las redes sociales una cuñada de la víctima, Helen Gómez Ruano.
Dicha agresión, perpetrada al menos por cuatro personas, se produjo con palos y pateándolo, causándole heridas importantes en la cara a la víctima, a la que robaron sus pertenencias y la recaudación de la jornada.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 23:30 horas del pasado sábado, interponiendo la víctima la correspondiente denuncia al día siguiente, según su cuñada.
«Le golpearon entre cuatro individuos, le tiraron al suelo y le patearon para robarle. Una de las patadas fue en la cara, una vez le habían tirado al suelo entre dos de ellos, armados con palos. Le fracturaron la nariz por una patada, que le dejó aturdido, momento en el que le arrebataron sus pertenencias, su documentación y su trabajo de cada día», ha indicado la familiar del agredido.
Fueron unos vecinos los que alertaron fueron en su auxilio, siendo trasladada la víctima en un primer momento al centro de salud de Gibraleón, desde donde tras la valoración médica fue derivado al Servicio de Urgencias del Hospital Juan Ramón Jiménez de la capital provincial, donde se confirmó que sufría una fractura nasal grave y un golpe en la cabeza.
“No hay palabras… Me siento triste, indignada y frustrada por el dolor inmenso proporcionado de forma gratuita a mi cuñado, Miguel de las Torres, en la noche de ayer”, señala Helen Gómez Ruano en Facebook, quien añade que “Miguel, para quien no le conozca, gestiona el Bar Centro de Salud. Fue asaltado, atracado y agredido de una forma brutal anoche. Eran las 23.30 de la noche. Le golpearon entre 4 individuos, le tiraron al suelo y le patearon para robarle. Una de las patadas fue en la cara, una vez le habían tirado al suelo entre dos de ellos, armados con palos. Le fracturaron la nariz por una patada, que le dejó aturdido, momento en el que le arrebataron sus pertenencias, su documentación y su trabajo de cada día y, en especial, lo que un autónomo duramente araña cada jornada para el pago de luz, agua, alquiler y proveedores”.
“No hay palabras… No las hay, -insiste- pero he de comunicarlo públicamente. Gracias infinitas a unos vecinos que me avisaron pude ir a socorrer a mi cuñado. No le deseo a nadie, a nadie, encontrarse a un ser querido con la cara llena de sangre, con un estado de ansiedad e indignación y rabia tan profundo… No os imagináis saber de lo vivido esos momentos”.
La familia ha pedido ayuda a la ciudadanía para que pueda aportar cualquier pista que permita identificar a los agresores.
