Una vecina de Ayamonte, María Cinta Vizcaíno López, víctima de la violencia de género y que vive en pésimas condiciones higiénico sanitarias en una vivienda de dicha localidad fronteriza, ha realizado un llamamiento para solicitar ayuda ya que, según ha relatado, podría verse en la calle próximamente con su hija de 17 años, con la que vive, por carecer de electricidad en buena parta de dicha vivienda, y porque el propietario del inmueble “quiere echarme desde hace ya mucho tiempo”.
Vizcaíno López, tiene por otra parte reconocida oficialmente desde el día 15 de enero del presente año 2018 una situación de “dificultad y vulnerabilidad social” por parte del Servicio de Orientación e Información de los Servicios Sociales Comunitarios del Ayuntamiento de Ayamonte; además de un grado de discapacidad o minusvalía (tanto física, como psíquica y sensorial) del 69% por la Delegación Territorial en Huelva de la Consejería de Salud, Igualdad y Políticas Sociales, desde el 20 de noviembre del año 2017.
Su problema ahora, según ha relatado la propia Vizcaíno a HuelvaCosta.com, es que “podría verme próximamente en la calle con mi hija”. Y es que, después de verse obligada a “huir” junto con su hija de la capital onubense, de la que es natural, debido a los “malos tratos” de que era objeto por parte de su expareja, se estableció en Ayamonte. Tras pasar por varios lugares, alquiló una vivienda en la ciudad fronteriza por la que pagaba al propietario 250 euros mensuales, además de otros 30 durante los últimos meses, y una fianza por el importe de una mensualidad que dejó en depósito. No obstante, prosigue, dadas las “pésimas” condiciones en que se encontraba la vivienda (sin electricidad en la mayoría de las estancias, plagada de cucarachas y otros insectos y con numerosos elementos deteriorados y rotos), y tras las numerosas reclamaciones no atendidas que por tal motivo realizó Vizcaíno al propietario del inmueble, tras trece meses “abonando las mensualidades”, dejó de pagarlas el pasado mes de enero.
“Ahora -subraya- el dueño me quiere echar de aquí y yo no tengo donde irme ya que mis ingresos son solo de 369,9 euros al mes en concepto de pensión de invalidez no contributiva para mí y para mantener a mi hija, y eso no da para nada”. “De hecho -añade- subsisto gracias a la ayuda de muchos ayamontinos y de los alimentos y ropa que normalmente nos dan en el Comedor Social Virgen de las Angustias y otras instituciones benéficas del pueblo”.
Por otra parte asegura haber solicitado ayuda al Ayuntamiento en varias ocasiones, “incluso me he reunido con el alcalde y una concejala” asevera, pero por el momento “nuestra situación es cada vez peor” concluye.
A pesar de todo ello, asegura, “si me veo en la calle, no voy a meterme de okupa en una vivienda con propietario privado para no perjudicar a nadie, pero sí en una casa vacía propiedad de un banco, que para eso los hemos rescatado con dinero público porque tirada en la calle con mi hija no me voy a quedar”.