Una solución innovadora para medir la contaminación ambiental: pulseras de plástico en colmenas de abejas

Un equipo de investigación de la Universidad de Almería y el Instituto Benaki de Fitopatología de Grecia ha propuesto el uso de pulseras de plástico en las colmenas de abejas como método para medir la contaminación ambiental. Esta novedosa idea surge a raíz de la necesidad de realizar evaluaciones periódicas de la calidad del aire debido al aumento del cambio climático y el uso constante de combustibles fósiles.

Hasta ahora, para obtener datos sobre la contaminación ambiental era necesario extraer a las abejas de sus colmenas y analizarlas en laboratorio. Sin embargo, esta propuesta busca introducir un dispositivo pasivo en las colmenas que recolecte los agentes contaminantes del aire sin afectar a las abejas.

Publicidad.

El grupo de investigación Residuos de Plaguicidas de la Universidad de Almería ya había establecido previamente que las abejas son excelentes indicadores de contaminantes en un radio de exploración de 8 kilómetros alrededor de sus colmenas. Ahora, proponen utilizar nuevas técnicas como una pulsera de silicona y una tarjeta impregnada con un material inocuo para las abejas, pero que atrae los contaminantes que estas transportan en sus exploraciones.

El estudio, realizado en apiarios de Dinamarca, Austria y Grecia, contó con la colaboración de apicultores que colocaron las pulseras y tarjetas durante dos semanas. Luego, las muestras fueron enviadas a laboratorios donde se identificaron hasta 14 agentes contaminantes del aire, como el naftaleno y el pireno.

Según los investigadores, el método más barato y seguro para la actividad apícola es el uso de pulseras de silicona en las colmenas, ya que no es necesario recolectar abejas ni su alimento para analizarlos.

Este trabajo forma parte del proyecto europeo INSIGNIA-EU, en el que participa la Universidad de Almería, y que ha empleado con éxito a las abejas como detectores de plaguicidas, microplásticos y diversidad genética vegetal en los 27 países de la Unión Europea gracias a la colaboración ciudadana de 315 apiarios.

La propuesta de utilizar pulseras de silicona en las colmenas como método de detección de contaminación ambiental es una idea innovadora y prometedora que puede ayudar a mejorar la calidad del aire y proteger a las abejas, tan importantes para el ecosistema. Esperamos que esta técnica se siga investigando y se pueda implementar en un futuro cercano en la actividad apícola.