Una cerveza negra hecha en La Redondela gana un premio internacional

La cervecera redondelera Ruben’s Beer se ha hecho con la medalla de bronce en la categoría Schwarzbier (cerveza negra alemana tipo lager), en el Barcelona Beer Festival

La cerveza negra que el maestro cervecero artesano Rubén Mesanza elabora en su fábrica de La Redondela ha obtenido la medalla de bronce en el Barcelona Beer Festival, un evento internacional celebrado el pasado fin de semana en la ciudad Condal en el que se han dado cita un millar de cervezas artesanas de toda Europa, de las que más de 400 han participado en el concurso para elegir las mejores. El Barcelona Beer Festival se ha convertido en el punto de encuentro más importante de todo el sector de la cerveza artesana de nuestro país, con las 17 comunidades autónomas representadas, además de llamar la atención internacionalmente hasta el extremo de que en esta edición han participado cerveceras provenientes de 25 países.

En concreto, la cervecera onubense Ruben’s Beer se ha hecho con el tercer premio en la categoría Schwarzbier (cerveza negra alemana tipo lager), habiendo sido solo superada por la cerveza Juanito Polarez de la cervecera valenciana Alegría (medalla de oro) y la italiana Birrone de Scubi (medalla de plata).

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Según ha destacado Mesanza, fundador de la cervecera en mayo de 2015, “este ha sido sin duda el reconocimiento más importante obtenido por nuestros productos en los dos escasos años de funcionamiento de la fábrica”, lo cual, según ha añadido, tan solo cuatro o cinco días después de la obtención del premio “ya se ha traducido en un notable aumento de pedidos, no solo del producto ganador, sino de las restantes cuatro variedades de cervezas que elaboramos en La Redondela”. Tal es así, detalla, que “a la importante carga de trabajo que ya teníamos prevista para este año, se han sumado en las últimas horas pedidos de Sevilla (1.000 litros), Asturias (otros 1.000 litros), Madrid, Barcelona, Galicia y hasta incluso de Alemania. “Todos quieren ahora probar nuestras cervezas” añade exultante, “y eso es motivo sobre todo de orgullo para nosotros”.

Mesanza también subraya que se trata de la primera fábrica artesana de cerveza andaluza que logra un premio de esta importancia, lo cual “es para nosotros una revolución e  impulso enormes, y todo un reconocimiento al cariño y empeño que diariamente ponemos en nuestro trabajo”. Además, añade, “se produce en un año muy importante para Huelva por su condición de Capital Gastronómica de España en 2017”.

Sobre las características de la cerveza ganadora, este braumeister o maestro cervecero onubense destaca su gran ligereza, que es fácil de beber, refrescante y adecuada para degustar tanto en verano como en invierno, su espuma cremosa y su ligero toque de sabor a café, madera y frutos negros “pero sin empachar”. “Además –subraya- llama la atención que este reconocimiento nos llega cuando la cerveza ganadora llevaba apenas dos meses en nuestro catálogo”.

El jurado del evento de Barcelona estuvo formado por jueces de cata internacionales, productores independientes, críticos cerveceros y miembros del propio comité organizador, que tuvieron en cuenta elementos como la apariencia, aroma, sabor o adecuación al estilo, entre otros.

En la edición del año pasado la variedad tostada de Ruben’s Beer ya logró un meritorio cuarto puesto en este mismo certamen, al que en esta ocasión Mesanza ha presentado tres tipos, entre ellos la negra lager que ha obtenido la medalla de bronce, la cual apenas llevaba dos meses en el catálogo de cervecera redondelera y que, dadas las actuales circunstancias, se encuentra prácticamente agotada y a la espera de ser repuesta en breve.

Por su parte el alcalde de La Redondela, Salvador Gómez, ha mostrado su satisfacción por este premio, a la vez que ha felicitado a la cervecera artesana local por la obtención del mismo. Y es que según sus palabras “es un producto que se fabrica aquí, en nuestro pueblo, que ha sido reconocido internacionalmente”.

Gómez ha deseado suerte al maestro cervecero local, al que también ha querido trasladar palabras de ánimo “para seguir trabajando y ampliando proyectos” ya que según sus palabras “La Redondela empieza también a ser conocida internacionalmente por la cerveza que se produce aquí”.

RUBEN’S BEER

La cervecera artesana Ruben’s Beer tuvo una producción de 40.000 litros el pasado ejercicio 2016, cantidad que su propietario espera elevar este año hasta los 80.000 litros. En la actualidad elabora cinco variedades de cerveza, entre ellas la negra premiada, una tostada, otra de trigo o la pilsen, y el objetivo es poner en el mercado otros dos tipos a medio plazo. Su especialidad, según Rubén Mesanza, son las cervezas tipo alemán.

Rubén Mesanza Blanco es un emprendedor vasco asentado en La Redondela desde hace ya más de tres décadas, al que su afición por la bebida de los faraones y su espíritu inquieto llevaron en mayo de 2015 a instalar si propia fábrica de cerveza artesana en dicha localidad costera onubense.

Ruben’s, como bautizó su cerveza en alusión a su nombre, aunque con apóstrofe seguido de una ese al final para dar a la marca “cierto carácter de internacionalidad”, arrancó después de muchos meses de duro trabajo no solo de él, sino de toda su familia, numerosos quebraderos de cabeza, y una inversión de más de 200.000 euros en el montaje de la fábrica.

Rubén Mesanza se siente tremendamente satisfecho y orgulloso por lo logrado hasta el momento, ya que según confiesa está haciendo realidad el gran sueño de su vida: convertirse en ‘Maestro cervecero’ (o braumeister en alemán), en el lugar donde asentó su vida hace ahora 31 años.

Rubén Mesanza Blanco es natural de Vitoria-Gasteiz (Euskadi) desde donde se trasladó a La Redondela con sus padres con tan solo nueve años. A sus 40 abriles está casado con una lepera y afirma que su vida estará ya siempre ligada a esta provincia, aunque también confiesa que “el futuro siempre es incierto y yo soy muy inquieto”.

La idea de instalar una fábrica de cerveza artesana comenzó a fraguarse en la cabeza de Mesanza hace ahora unos doce años: “yo quería hacer algo nuevo, pensando sobre todo en vinos, pero mi mujer es filóloga alemana, estudió en Leipzig, y con tantos viajes para estar con ella empecé a darme cuenta de que mi verdadera pasión era la cerveza, y dentro de ésta la de trigo, mi favorita” confiesa. Comenzó entonces a darse cuenta de que en cada pueblo de Alemania la cerveza de trigo se hacía de forma diferente. “Eso me resultó muy interesante y empecé a investigar, por lo que en cada fábrica alemana que visitaba me metía en el obrador para ver cómo se elaboraba”.

La vuelta de uno de sus viajes coincidió con su cumpleaños y su familia, que no sabía qué regalarle, finalmente cayó en la cuenta de que lo mejor era un kit para hacer cerveza artesana. “Ese fue el verdadero inicio de lo que hoy es una realidad –prosigue-, porque de esta forma comencé a elaborar mi propia cerveza en casa”. Ese tipo de kits aún no se conocían mucho por aquí, afirma Mesanza, aunque sí habían ya adquirido bastante auge en otros lugares, y “ahora estamos en un verdadero boom cervecero y todo el mundo hace cerveza”.

Sus primeras cervezas confiesa que eran “malísimas y asidradas” y que solo se las bebía él para decir a todos que “estaba muy rica, aunque en el fondo no había quien se tragara aquello”.

No obstante, su pasión por la cerveza le llevó a seguir investigando y asesorándose sobre las técnicas de elaboración, fundamentalmente a través de Internet y aprovechando cada viaje que hacía a Alemania, donde incluso trabajó ayudando al ‘braumeister’ en algunas de las fábricas que recorrió.

Su siguiente paso fue seguir haciendo cerveza en casa, aunque perfeccionando cada vez más la técnica gracias a los conocimientos que fue adquiriendo, para lo cual abandonó el kit y se hizo una pequeña fábrica artesana en un cuarto de su casa. La cerveza que empezó a elaborar en lotes de 40 o 50 litros era para él y su familia: “ya me salía buena, sobre todo mi favorita, la de trigo, que además es más sencilla de elaborar”.

Hace ahora nueve años logró que sus hermanos pudiesen beberla y que sus amigos le pidieran cada vez en mayores cantidades. Fue entonces cuando decidió comenzar a venderla: “había gente que venía a casa y se llevaba 20 o 30 litros –explica- y me di cuenta que podría ser un buen negocio”. No obstante, “montar la infraestructura que tengo ahora costaba muchos miles de euros, y si lo hacía quería hacerlo bien, por lo que comencé a investigar sobre la maquinaria necesaria inicialmente en Barcelona, donde desde hace ya bastante tiempo hay mucha gente haciendo cerveza artesanal, y posteriormente en otros lugares del mundo”.

El salto definitivo llegó hace unos cinco años, tiempo que le llevó solventar los trámites administrativos necesarios, y que paralelamente dedicó a buscar las máquinas más adecuadas para hacer la cerveza que él quería. Finalmente encontró un fabricante en Alemania que le ofreció lo que buscaba en prestaciones y precio, siendo entonces el momento de lanzarse a buscar financiación para su proyecto. En plena crisis, al principio ningún banco confió en su iniciativa pero Rubén Mesanza no tiró la toalla y, con la ayuda de su familia, ejecutó con sus propias manos las obras para adaptar un inmueble de su propiedad en La Redondela

Pero por fin, un buen día un banco “me prestó el dinero, que por cierto ha sido la única subvención que he conseguido (afirma con ironía) y pude comenzar a montar la fábrica”. En este sentido siempre tuvo claro lo que quería: hacer cerveza filtrada, para lo cual es necesario contar con un equipo isobárico que trabaja con presión y frío controlado, “y eso se llama mucho dinero” añade. No obstante, siempre lo consideró “fundamental para hacer una buena cerveza artesana y transparente, que respondiese a los gustos de los consumidores de la zona.

Rubén no se arrepiente para nada de la decisión y el camino que ha tomado. Por otra parte no se considera un emprendedor sino “un loco” –afirma entre bromas-. “Pero hasta que esto arranque del todo –concluye- algo de sueño me quita, sobre todo el banco –prosigue bromeando-, para a continuación ponerse muy serio y asegurar que “en el fondo es lo que siempre he querido, la materialización de un gran sueño”.

CURIOSO ORIGEN PARA UN CURIOSO LOGO Y ESLOGAN

Al igual que con la totalidad del proyecto, Rubén Mesanza se ha llevado diez años dándole vueltas al nombre de su marca, a su logo y al eslogan con el que definir en pocas palabras su cerveza. Ruben’s hace alusión a su propio nombre, al que ha añadido un apóstrofe y una ese al final para dar “carácter internacional” a su producto. Lo del logo es mucho más original, pero sobre todo curioso. Y es que el perro que representa su marca no es otro que su propia mastina. Una perra a la que según Mesanza “le encanta la cerveza”. No en vano “todos los días se bebe un botellín de cerveza conmigo –asegura-, pero es muy comedida y, aunque me lo pide, solo se bebe uno al día, no quiere más”. Finalmente el eslogan ‘Producto natural y con pedigree’ “da cierto aire de calidad y, teniendo en cuenta las connotaciones de la palabra pedigree con el perro, define una cerveza con raza y mucho carácter” concluye.