Cuando aún es posible encontrar en la playa ayamontina de Isla Canela restos esparcidos por la arena y semienterrados en la zona intermareal de los sacos terreros que el pasado año instaló en dicha zona la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, dependiente del Ministerio de Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), este mismo organismo ha iniciado estos días el reparto de otros 500 sacos de arena en un frente litoral de al menos 300 metros, lo cual ha causado una gran controversia en la localidad.
En este sentido Ecologistas en Acción (EA) de Ayamonte ha señalado en un comunicado que “una vez más la administración competente vuelve a tirar dinero público en actuaciones de supuesta defensa de la playa de Isla Canela consistentes en la colocación de sacos de plástico rellenos de arena”. Para Ecologistas en Acción “la continua repetición de estas actuaciones utilizando materiales inadecuados genera impactos visuales y ambientales, ya que los sacos terminan rotos y esparcidos contaminando fondos marinos y orillas”.
Para la organización conservacionista “resulta descorazonador, además, que estas actuaciones sin fin ni resultados se realicen sufragadas con dinero de todas y todos los contribuyentes apadrinadas por una institución pública ahora denominada Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar”. “¿Habrá algo más poco sostenible que estar continuamente echando dinero y plástico al mar?”, se pregunta la asociación.
Igualmente EA señala que la playa de Isla Canela “se ha convertido en un escenario de guerra contra el mar y la naturaleza, iniciada al son del dinero de la especulación, invadiendo espacios que se debían haber preservado para el uso y disfrute público. En algún momento, las administraciones deberán ser conscientes de que la sostenibilidad pasa por comprender que las leyes de la naturaleza, incluidas las dinámicas marinas, son más fuertes que la avaricia de los especuladores, y es necesario establecer una estrategia de paz con la naturaleza dejando de arriesgar la seguridad de bienes públicos y privados en batallas pérdidas al servicio de unos pocos, cuyos beneficios estamos sufragando entre toda la ciudadanía”.
Ecologistas en Acción exige por todo ello una vez más la retirada de los sacos de plástico y de sus restos, así como la restauración de la playa de Isla Canela a su estado natural “sin sacos, piedras ni ladrillos, con la eficaz protección de las dunas adaptada a las dinámicas del mar y de los vientos”.
IZQUIERDA UNIDA TAMBIÉN SE MUESTRA CONTRARIA A LO QUE DENOMINA ‘MURO DE LA VERGÜENZA’
Por su parte la Asamblea Local de Izquierda Unida en Ayamonte también ha mostrado públicamente su disconformidad y en un comunicado de prensa ha señalado que “con el objetivo de poder seguir disfrutando de tan maravilloso entorno natural y no ver mermada la afluencia de turismo, el Ayuntamiento de Ayamonte manda de nuevo un S.O.S. urgente a la Dirección General de Costas para que con su ‘artillería pesada nos coloque por segundo año consecutivo nuestro particular ‘muro de la vergüenza’ formado por unos horribles e inútiles sacos de plástico de color blanco (se pueden contar por centenas) como los que se pusieron el año pasado, que aún hoy pueden verse regados por toda la orilla hasta la desembocadura del Guadiana, dando una imagen lastimosa y lamentable de nuestra playa, lo que demuestra la falta de sensibilidad para con tan bello paisaje, obviando además el peligro implícito que conlleva en el día a día de la fauna marina y terrestre”.
IU también señala que “no debemos olvidar que al tratarse de un organismo público, los costes empleados en semejante despropósito están pagados con el dinero de la ciudadanía, por lo que estimamos oportuno exigir a quien haya tenido la genial idea de permitir y decidir repetir esta operación tan nefasta que deja en evidencia los pocos recursos y la ineptitud del personal técnico de dicho organismo, a que paren de inmediato dicha actividad y no se vuelva a repetir, ni en un futuro próximo ni en un futuro lejano”.
Desde IU quieren finalmente “dar a conocer al pueblo nuestra más firme repulsa y rechazo ante semejante tropelía contra la naturaleza por no haber valorado otra posible solución menos dañina para un paraje natural de tanta valía y por haber actuado con la prepotencia de quien se cree poseedor de la tierra y no al contrario”.