La Flecha de El Rompido o de Nueva Umbría, esa lengua arenosa que centra las impresionantes estampas de la ría del Piedras, y que para muchos es todo un paraíso natural, deja de serlo para otros muchos una vez te acercas a ella y, sin necesidad de hacer grandes esfuerzos, observas como la basura inunda muchos de sus rincones.
Una situación derivada de la elevada presión humana que soporta especialmente los fines de semana del verano, pero sobre todo por la falta de concienciación y sensibilización con el cuidado y respeto por el medio ambiente que muestran muchos de sus usuarios que, en lugar de llevarse la basura que generan en ella, prefieren dejarla sobre la arena, o escondida bajo algunos de los arbustos que conforman su vegetación, convirtiéndola en un verdadero basurero.
Con el objeto de hacer frente a esta problemática, un total de 64 voluntarios, la mayoría niños, en muchos casos acompañados por sus padres, participaron ayer miércoles en la tercera edición del Día del Medio Ambiente de la Asociación Deportiva Náutica –ADN- Nuevo Portil, cuya marina se ubica en la ría del Piedras, muy cerca de la desembocadura del río del mismo nombre.
Los responsables de dicha entidad náutica han querido de esta forma romper de nuevo una lanza, y al mismo tiempo hacer una llamada de atención, sobre la limpieza de La Flecha, organizando una jornada de voluntariado y concienciación ciudadana sobre la conservación de este espacio, ubicado en pleno Paraje Natural Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido.
La actividad arrancó sobre las diez de la mañana en las instalaciones del club náutico, desde cuya marina partieron los voluntarios a bordo de un transbordador. Una vez en la Flecha se distribuyeron en distintos grupos, ataviados con el material necesario para peinar aproximadamente unos 200 metros de la orilla interior y las dunas que la flanquean.
La mejor prueba de la cantidad de residuos que allí se acumulan, fue los más de 2.500 kilos de basura que los 64 voluntarios lograron retirar hasta pasado el mediodía, momento en que concluyó la actividad. Entre los residuos destacan envases de plástico, metálicos y de vidrio, colillas, papeles y cartones, artes de pesca deterioradas y distintos enseres de playa como sombrillas, tumbonas o sillas, entre otros, que abandonan allí sus usuarios una vez ya no les son útiles.
Según destacó el vocal de Actividades Deportivas del club y responsable de la iniciativa, Miguel Ángel Huertas, con esta actividad «pretendemos sobre todo concienciar especialmente a las nuevas generaciones, pero por supuesto también a los adultos, sobre la necesidad de mantener limpio y conservar este maravilloso enclave natural», ya que «son muchos los usuarios que tras pasar un día de playa abandonan aquí la basura que generan sin ser conscientes de que muchos de estos objetos tardan muchos años en biodegradarse».