La Hermandad de Nuestra Señora de la Bella de Lepe ha dado ya el pistoletazo de salida al programa de cultos que celebrará estos días dentro del marco de las Fiestas Patronales de la Bella y San Roque, que se celebrarán del 12 al 16 de agosto.
Y lo ha hecho como es habitual, a lo grande, con la subida este domingo de la imagen de la Patrona de Lepe desde su camarín hasta el altar mayor del templo parroquial de Santo Domingo de Guzmán, en el que un año más fue entronizada por sus costaleros.
Un acto que congregó una vez más a varios miles de fieles en la parroquia lepera, donde no cabía un alfiler a pesar de haber sido suprimidos los bancos y cualquier otro elemento que estorbase a los asistentes, que no pararon de vitorear, aplaudir y gritarle guapa a la Virgen durante el corto pero intenso espacio de tiempo que se prolongó el emotivo traslado, con el que se ha conmemorado el 181 Aniversario de la venida de la Virgen.
El traslado por los costaleros, de tan sólo 15 metros y que se prolongó unos cinco minutos, recuerda el día en que la imagen de la Virgen fue salvada de ser trasladada a La Rábida en 1835.
Se trata de una costumbre que conmemora por tanto la salvación de la imagen cuando debido a la Desamortización de Mendizábal se quiso obligar a los vecinos del municipio a llevar la imagen de su Patrona, que se encontraba junto al puerto de El Terrón, al monasterio de La Rábida, en Palos de la Frontera.
Uno de los monjes del convento, fray José, corrió a avisar a los vecinos del municipio, ubicado a cuatro kilómetros, para que se personaron en El Terrón al objeto de llevarse a hombros la imagen de la Virgen de la Bella a Lepe, huyendo a espaldas de las autoridades eclesiásticas de la época.
A ese preciso momento se refirió este domingo al iniciarse el acto el hermano mayor de la Hermandad, José Manuel Rodríguez Lagos, que tuvo palabras de recuerdo tanto para fray José como para quienes han sabido transmitir de generación en generación la devoción a la Virgen de la Bella.
Unos hechos que hacen que todos los vecinos guarden una inusitada fidelidad a su patrona, ya que con el mismo se vuelve a recordar cada año que los leperos se podrían entonces haber quedado sin su Virgen, la cual llevan muy dentro del corazón.
Justo a las 13.00 horas se ha abierto el cerrojo de la verja que separa el camarín de la Virgen del altar y, tras rezar una salve los costaleros, se han hecho con la imagen, para colocarla en el altar ante las palmas y vítores de las cientos de personas que abarrotaban la iglesia.
El de este domingo es cada año el primer acto de las Fiestas Patronales de Agosto de Lepe, que tendrán su punto culminante cuando la Virgen de la Bella salga en procesión y reciba cientos de ofrendas en forma de billetes de curso legal prendidos en su manto en la noche del próximo lunes, 15 de agosto.
HISTORIA
El multitudinario acto de este domingo ha sufrido algunas variaciones en los últimos años, ya que en principio eran los marineros que hacían el servicio militar los que lo realizaban, pero la prestación voluntaria en el ejército hizo que decreciese la cantidad de personas que cada año se presentaban en la iglesia para portar la imagen, y actualmente lo realizan los integrantes del cuerpo de cargadores de la imagen.
Los próximos actos y cultos religiosos con motivo de las Fiestas Patronales de la Bella y San Roque de Lepe serán la Solemne Novena en la misma parroquia de Santo Domingo de Guzmán, y ya el Día de la Virgen, el lunes 15 de agosto, con la Función Principal en su honor por la mañana y su tradicional procesión por las calles de Lepe por la noche.