La revista ‘Mar’ dedica un reportaje a la historia e idiosincrasia de El Rompido

La Revista Mar, una prestigiosa publicación mensual de tirada nacional editada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, dedica en su número del pasado mes de marzo un amplio reportaje al enclave costero onubense de El Rompido

La Revista Mar, una prestigiosa publicación mensual de tirada nacional editada por el Instituto Social de la Marina de la Secretaría de Estado de la Seguridad Social del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, dedica en su número del pasado mes de marzo un amplio reportaje al enclave costero onubense de El Rompido.

Bajo el epígrafe de ‘Cultura marinera’ y el nombre de ‘El legado de El Rompido’, el reportaje se introduce en las artes, las técnicas, la flota, los recursos marinos, los puertos, sus pescadores y sus costumbres, así como en la cultura marinera de este rincón del litoral occidental onubense, que “no implica solo un oficio, sino una manera de entender la vida, de relacionarse unos con otros, una forma de interactuar con el medioambiente que está cayendo en el olvido”, según se destaca en la introducción del mismo.

Publicidad.

A lo largo de cinco de sus páginas y con fotografías de época de Juan Ruiz e ilustraciones de Javier da Cruz, la publicación repasa la historia del enclave, sus orígenes, su emplazamiento, su evolución, la forma de vivir de sus gentes y su idiosincrasia, además de ponerlo en valor.

Según señala el reportaje, El Rompido es un enclave que surgió como asentamiento

pesquero en la ribera y la desembocadura del río Piedras a finales del siglo XIX, donde antes estaba situada la villa de San Miguel Arca de Buey. También detalla que con el paso de los años, y principalmente gracias a la llegada del turismo, su población ha crecido hasta llegar a rondar los 1.800 habitantes, cifra que se duplica en época estival.

También relata que al igual que otras poblaciones costeras onubenses, hasta los años setenta este pueblo vivió exclusivamente de las actividades vinculadas al mar, pero desde entonces el comercio, la construcción y el turismo acaparan la mayoría de las ocupaciones.

No obstante prosigue señalando que la pesca sigue formando parte de la idiosincrasia de sus habitantes, que no se explican una vida sin la mar.

El reportaje se estructura en varias entradillas con nombres como ‘El periplo del pescador’, ‘Buscándose la vida’, ‘El último recurso’ o ‘Tradiciones perdidas’, al igual que hace especial hincapié, en un destacado, en el libro “El Rompido que viví”, del autor local Antonio Burgos, que fue presentado el pasado mes de diciembre y del que hace tan solo unos día vio la luz una versión en inglés del mismo.

El libro consta de una quincena de capítulos donde se recopilan infinidad de anécdotas de un niño que nació en el seno de una humilde familia de trece hermanos y, desde que era bien pequeño, tuvo que aprender los trucos y secretos del mar para poder subsistir.

Una de las páginas del reportaje
Una de las páginas del reportaje
Primera página del reportaje