La Feria de la Gamba de San Isidro encara en Cartaya su recta final

Cerrará sus puertas en la noche de este domingo

La Hermandad de San Isidro Labrador de Cartaya encara ya la recta final de su V Feria de la Gamba. Una iniciativa en la que esperan acercarse a los 2.000 kilos de marisco degustados, y que se celebra hasta este domingo en el Pabellón de Exposiciones del Recinto Ferial de Cartaya con el objetivo de obtener fondos para sufragar los gastos de la hermandad.

La feria cierra sus puertas este domingo
La feria cierra sus puertas este domingo (Fotografía: Jordi Landero)

Entre los productos ofrecidos, según indicó el presidente de la Hermandad, Julián Pérez Segura, “se encuentran sin duda los más representativos de la gastronomía onubense como es el caso de la gamba blanca, el langostino, la cigala y los cuerpos de cangrejo en el caso del marisco, a los que se suman queso, jamón y diferentes chacinas ibéricas del Andévalo onubense y vinos del Condado”. En definitiva, apuntó, “contaremos con todo lo necesario para lograr nuestro doble objetivo: obtener fondos para la hermandad y aportar una actividad de ocio más durante el verano, de la que puedan disfrutar tanto los cartayeros como todos aquellos que nos visitan en estas fechas”.

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Los productos a degustar, detallo Pérez Segura, se ofrecen “a precios asequibles y populares”, con el propósito de “repetir el éxito de las dos anteriores ediciones de la feria”.

La feria abrió sus puertas el pasado jueves y, desde entonces, los interesados pueden asistir a la misma diariamente desde el mediodía hasta bien entrada la noche, según precisó Pérez Segura, que también destacó que hay música flamenca en directo por las noches gracias a la actuación de distintos artistas y grupos locales que amenizarán el evento.

Se esperan degustar casi 2.000 kilos de marisco (Fotografía: Jordi Landero)
Se esperan degustar casi 2.000 kilos de marisco (Fotografía: Jordi Landero)
También se ofrecen jamones y chacinas del Andévalo (Fotografía: Jordi Landero)
También se ofrecen jamones y chacinas del Andévalo (Fotografía: Jordi Landero)