La noticia la ha recibido la familia estando este miércoles en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde tenía prevista desde hace ya quince días una extracción de médula en el marco del tratamiento al que está siendo sometido desde hace meses para luchar contra la enfermedad.
“Una vez acabada la intervención –ha señalado la madre del pequeño, María Eugenia Casado- nos citó el médico en su consulta para trasladarnos la feliz noticia”. Con lágrimas de emoción, Casado ha relatado a HuelvaCosta.com la “inmensa alegría” que siente. “Nada más conocer la noticia rompí a llorar de felicidad –ha proseguido- y el corazón parecía que se me saliese por la boca de la emoción”.
El primer recuerdo que se le vino a la cabeza, según ha detallado la progenitora del pequeño, “fue paradójicamente el día más triste de mi vida, cuando en junio del año pasado me comunicaron que mi hijo había sido diagnosticado de leucemia”. “Es como si de forma totalmente inconsciente –ha proseguido-, la mejor noticia de mi vida en los 47 años que tengo, la que he recibido hoy, hubiese querido decirle a la peor, la de aquel día de junio, que se fuese definitivamente de mi memoria”.
Según María Eugenia Casado, “después de los interminables meses de espera, a partir de ahora todo se precipita y va ya muy rápido”. No en vano, según ha informado, José Antonio Garrido será hospitalizado el próximo martes día 18 de abril de cara a su preparación y para el “pretrasplante”, y solo diez días después, el 28 del mismo mes, le será practicado el trasplante de médula tan ansiado por él y por toda su familia, así como por los vecinos de Gibraleón y de otros muchos puntos de la provincia y de toda la geografía nacional que le han mostrado públicamente su apoyo en los últimos meses.
Sobre la identidad del donante, según ha relatado la madre del pequeño, “nada conocemos” porque según sus palabras así lo establece el protocolo que se pone en marcha en estos casos, aunque sí se sabe que dos días antes del trasplante viajará en avión hasta el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla de cara a la posterior intervención
La alegría era ayer palpable no solo en el rostro del pequeño y su madre, sino en toda su familia. Su abuelo aseguraba no haber recibido una noticia más feliz en sus “70 años de vida”, al igual que su abuela. Ambos afirmaron entre lágrimas y risas que no la cambiarían “ni por el día de nuestra boda, ni por el nacimiento de nuestros hijos y nietos, no por una lotería”.
Por otra parte la madre del menor asegura que “todo esto me llevará a luchar por la donación de médula durante toda mi vida”, así como agradeció el “inmenso” apoyo que ha recibido “por todos los olontenses, por el mundo del fútbol, por las hermandades de mi pueblo, por los medios de comunicación y, en general, por todos los onubenses y resto de andaluces y españoles que se han volcado con nosotros. Finalmente se ofreció a “ayudar en todo lo posible a otras madres que estén atravesando mi misma situación, que son muchas”.
Por su parte el pequeño, visiblemente debilitado por la extracción que le fue practicada ayer en Sevilla, no tenía palabras para describir su alegría y sus primeras declaraciones públicas quiso que fuesen para seguir difundiendo un mensaje en favor de la donación de médula porque “aunque ya no sea para mí, sí para otros muchos niños que están pasando por la misma situación que yo”.
APOYO GENERALIZADO DEL MUNDO DEL FÚTBOL
El caso de José Antonio Garrido ha conmovido a toda la sociedad onubense y ha traspasado sus fronteras en buena parte gracias al mundo del fútbol, deporte del que el propio menor se confiesa un gran aficionado. Y es que una de sus figuras más entrañables como el jugador del Betis Joaquín Sánchez ha sido uno de los grandes defensores de su causa.
El futbolista de El Puerto de Santamaría (Cádiz) le conoció en persona e invitó a sus seguidores por las redes sociales a que fueran solidarios y donarán médula.
Además, Andrés Iniesta, jugador del Barcelona, también le mandó un video de apoyo; y el Recreativo de Huelva le concedió el saque de honor del partido ante el Granada B, le regaló una camiseta y fue uno más de la plantilla al compartir vestuario con los jugadores albiazules, a los que él mismo arengó.