Texto y fotografías. José Luis Rúa (Ayamonte)
A la caída de la tarde, cuando el cielo empieza a tomar las tonalidades oscuras, cuando su luz descansa en cualquier orilla próxima o se deja sentir en otras mucho más lejanas, nos atrevemos a pasar al interior de ese reino levantado a golpes de pinceladas y buen gusto, a ese Palacio del Marqués, donde Florencio Aguilera tiene establecido su cuartel general de la creación y la recreación. Lo hacemos por la puerta que da acceso directo a la Sala Atarazana, a un espacio cubierto de antigüedad pero actualizado de tal manera que, sin perder su esencia, se convierte en un lugar único en la ciudad fronteriza.
Un bullicio propio de los actos que aquí se celebran. Muchas caras desconocidas pero con aires de veraneantes llegados de cualquier parte, aunque conocedores de lo que significa el lugar, las obras allí expuestas y el autor de las mismas. Caras conocidas y próximas, artistas, paisanos y enamorados de la obra de este pintor excepcional, como excepcional y personalísima es su personalidad.
Los presentes buscan aire fresco debajo de los aparatos que lo reparten aleatoriamente a los largo de esta inmensa sala de exposiciones y de ese Patio de la Jabonería, que cada año que pasa está más bello. Un espacio lleno de creatividad, de buenas vibraciones y de un binomio, pintura-música, que pocos lugares en esta península son capaces de ofrecer. Y tras cada carga de aire más o menos fresco, una mirada ansiosa a cada una de las cerca de cien obras de ‘Apuntes-bocetos de pequeño formato’, que cuelgan de las paredes de manera armoniosa y justa. Una exposición que Florencio, a buen seguro, ha estudiado minuciosamente para ofrecer una imagen de ese impresionismo que domina como pocos saben hacerlo.

FESTIVAL DE MÚSICA
La sala repleta de público, de medios de comunicación, de amigos, admiradores y alumnos anónimos dispuestos a profundizar en la manera de hacer de este pintor único. Sobre las mesas que se ofrecen en la sala, catálogos de la exposición, libretos del 32 Festival Internacional de Música que se abre al público el próximo día 16 en al Patio de la Jabonería y que había guardado silencio durante los últimos años. Las Noches del Patio dan paso de nuevo al Festival que creara Florencio hace más de 30 años. Y al mismo tiempo que las obras cuelgan de las paredes interiores, las exteriores, las que dan vida al Patio de la Jabonería, durante los días que quedan de este mes de agosto, dejarán sonar las melodías interpretadas por Marina Heredia, el violín de Jack Glatzer, la guitarra flamenca de Miguel Angel Cortes o los sonidos del quinteto de clarinete y cuerdas de la Orquesta Sinfónica RTVE, entre otros muchos.
Y es que mientras en lo alto de la Villa se celebraban las Fiestas del Salvador, en la parte baja de este barrio blanco, seguramente como el cantaba Serrat, se ofrecía lo mejor del impresionismo andaluz del pintor Florencio Aguilera y a partir de ya mismo se ofrecerá lo mejor de esta 32 edición del Festival Internacional de música ‘Ciudad de Ayamonte’. A disfrutar.
