El primer diplomado europeo con síndrome de Down afirma en Lepe que «la próxima revolución va a ser la nuestra»

«La próxima revolución va a ser la nuestra», en clara referencia al colectivo de personas con síndrome de Down. Así concluyó este domingo en Lepe el conocido actor, escritor, presentador, consultor en diversidad y primer graduado en Europa con dicho síndrome, Pablo Pineda, la conferencia que ofreció en Lepe bajo el título ‘La diversidad en primera persona’.

Pineda acudió como ponente a una jornada organizada por Cash Lepe y la Fundación Adecco con el fin de concienciar a los empleados del grupo empresarial de supermercados sobre la necesidad de normalizar la discapacidad, evitando etiquetar, infantilizar o ignorar al que la tiene.

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«La discapacidad es una característica más de la persona, como ser alto, bajo, tímido, rubio, pero no la define. Marcar a alguien por su discapacidad es ponerle una dificultad extra; supone tener que luchar contra prejuicios y demostrar constantemente tu valía cuando al resto no se les exige», afirmó Pineda, según ha informado la fundación Adecco en un comunicado.

A su juicio, «la discapacidad no impide tener una vida muy completa, con sentimientos y capacidades comparables a las de cualquier otra persona y, sin embargo, la gente ve antes la discapacidad que la persona».

En el ámbito laboral, también incidió en la importancia de cambiar la mentalidad de los empresarios y empleadores para que apuesten por el talento de sus candidatos y no se dejen llevar por prejuicios e ideas anticuadas. «El problema es que hay muchas personas con discapacidad a las que no se les llega a dar la oportunidad de demostrar su potencial. No pedimos un trato de favor, sino la oportunidad de demostrar nuestro talento», prosiguió.

Por su parte, el coordinador regional de la Fundación Adecco en Andalucía Occidental, José Antonio Payán, señaló que «el ejemplo de Pablo Pineda es una evidencia de que tener una discapacidad no impide llegar a donde te propongas». «Pero eso ha sido posible gracias a que hubo gente que apostó por él. Nosotros tenemos que conseguir que la sociedad deje de lado las etiquetas y todo el mundo tenga las mismas oportunidades para cumplir sus metas», dijo.

Asimismo, la consejera delegada de Cash Lepe, Mabel Díaz Orta, afirmó que «en Cash Lepe hemos querido contar con Pablo Pineda para que su mensaje llegue a todos los empleados de la empresa». «Es necesario que la sociedad normalice la presencia de personas con discapacidad en cualquier ámbito y nosotros nos hemos comprometido con ello», concluyó.

«Las apariencias engañan y no es verdad todo lo que se ve a simple vista, porque hay mucho más detrás de las cosas» fue otro de los mensajes que Pineda trasladó a los asistentes, a los que insistió en repetidas ocasiones a lo largo de su intervención que «hay que huir de los prejuicios».

Como ejemplo de todo ello, el conocido actor habló de su vida desde que con solo cuatro años de edad su familia se entera de que tiene síndrome de Down. Una barrera que «en mi caso he podido derribar disfrutando al máximo con todo lo que hago, y creyendo en mí mismo y en mis posibilidades, lo que me ha permitido hacer hasta el momento una vida normal, como la del resto de personas. El síndrome de Down no me ha condicionado porque para mí no es una barrera» señaló.

Para Pablo Pineda otro de los secretos es el apoyo familiar que, en su caso, nunca le ha faltado: «Mi familia siempre me ha apoyado y defendido que yo recibiera una educación en la escuela pública, como el resto de niños, y de una forma totalmente normalizada».

No obstante, también confiesa que a lo largo de su infancia recibió muchos «cosquis», y que los sigue recibiendo, incluso por parte de su propia familia, pero todo «he ido sabiendo superarlo».

Pablo Pineda llegó al instituto cuando nadie esperaba que lo hiciese. Fue en el año 1989 y se convirtió en el primer ciudadano europeo en llegar a la educación Secundaria con síndrome de Down. Una etapa de la que, «en general no puedo quejarme, aunque hubo excepciones». Y es que, según prosigue, «se me ninguneó y no se me prestaba atención en muchas ocasiones». En este sentido recordó a sus compañeros de segundo de BUP, curso en el que peor lo pasó, lo cual por el contrario «me dio más fuerzas e hizo que nunca se me pasase por la cabeza arrojar la toalla. «No sé si aquellos antiguos compañeros de segundo de BUP tendrán ahora algún remordimiento de la conciencia cuando me ven en le tele», señaló entre bromas.

Después llegó la Universidad y «aquello era la ley de la selva» afirmó. Y es que, si nadie veía a Pineda en el instituto, menos aún en la educación Superior. No obstante recordó a una persona, un profesor, «que lo hizo posible, creyó en mí, y me animó a estudiar Magisterio, que era una profesión mucho menos competitiva que las otras dos carreras que a mí me gustaban: Derecho y Periodismo.

La Universidad fue para Pablo lo que calificó como «una experiencia de soledad acompañada: por una parte porque prácticamente estaba solo, a pesar de tener compañeros. Estuve más solo que la una –prosigue- y me refugié en la biblioteca. Con el paso de los años se convirtió en la primera persona graduada con síndrome de Down en Europa.

«Soy súper feliz con lo que hago –insistió- porque lo valoro y porque ahora conozco mucha gente que también lo hace, y que me permite hacer lo que hago: trabajar mucho, y viajar y conocer el mundo, lo que me ha abierto mucho la mente».

Por todo ello, para Pablo Pineda concienciar «es fundamental», al igual que «vivir siempre mirando hacia adelante, porque estoy convencido de que la próxima revolución va a ser la nuestra» concluyó, mirando a la cara a varios menores con síndrome de Down que se encontraban entre el público.