El juzgado de lo Penal número 2 de Huelva ha condenado a dos años de prisión y a pagar una multa de 8.000 euros a un vecino de Aljaraque por un delito de contaminación acústica al emitir música en su domicilio impidiendo el descanso de sus vecinos. La sentencia inhabilita también a este hombre para el ejercicio de toda profesión relacionada con la emisión de música y la prohibición de acudir o acceder al interior del inmueble de su propiedad durante dos años.
Según a podido saber huelvacosta.com los hechos se remontan a 2008 cuando este vecino adquirió una vivienda en la localidad de Aljaraque, a la cual en los últimos años acudía tan sólo de visita o para dormir, puesto que mantenía su residencia habitual en otra zona de la localidad. Al poco tiempo, los vecinos denunciantes, un matrimonio con dos hijas menores, compraron una vivienda a cinco metros de ésta. Y comenzaron los problemas.
Desde el momento en que la familia se instaló en su nueva vivienda el condenado mostró numerosos signos de disconformidad con sus nuevos vecinos: obras anteriores a su llegada, barbacoas ocasionales, actividades en la parcela, … generando desencuentros y problemas en la convivencia vecinal. Fue en 2013 cuando tomó riendas en el asunto dado que sus vecinos no accedían a sus exigencias, así que optó por el acoso provocando situaciones que generaban graves molestias.
Para ello, conectó un equipo de música con unos potentes altavoces y lo orientó hacia la vivienda colindante con el fin de reproducir una y otra vez las mismas canciones durante la noche y al amanecer, independientemente del día de la semana. Su objetivo era imposibilitar el descanso de sus vecinos, lo que consiguió lograr durante meses.
Los vecinos afectados acudieron a denunciar los hechos a la Policía Local, la cual tras el estudio técnico de medición de volumen, certificó el alto volumen de la música. Toda la tensión acumulada en la familia denunciante por la falta de horas de sueño y descanso les provocó insomnio, irritabilidad, ansiedad y trastorno adaptivo mixto por lo que tuvieron que someterse a un tratamiento de ansiolíticos.
El condenado, por su parte, durante el juicio, rechazó la acusación y declaró que sus vecinos «nunca» se quejaron y «que denunció a sus vecinos hoy acusadores por realizar barbacoas, que va a esa casa a dormir y luego se vuelve a su vivienda y que siempre que le requirieron para bajar la música, lo hizo y que no colocó altavoces en el jardín». Sin embargo, el juez ha considerado los hechos probados y ha emitido sentencia condenatoria.