La alcaldesa de Gibraleón, Lourdes Martín, ha pedido a los servicios técnicos del Ayuntamiento que estudien las posibilidades de abandonar la actual gestión privada del agua, concedida a la empresa Aqualia por vía de emergencia en 2013 por el anterior equipo de Gobierno. Los reiterados incumplimentos de los compromisos económicos y el descontento palpable de la ciudadanía olontense hacia el servicio que vienen recibiendo son las principales razones de esta decisión.
Una de las principales quejas proviene de la falta de sensibilidad, ya que se están realizando cortes de suministro a muchos vecinos que no pueden pagar el agua, con muy pocas opciones para que puedan fraccionar los pagos.
Además, en el Ayuntamiento se han multiplicado las denuncias por la tardanza excesiva en la reparación de averías por parte de Aqualia. La falta de una respuesta rápida y eficaz obedece a la limitación de medios técnicos y humanos que la empresa dedica al servicio en Gibraleón, lo que, unido a otras muchas incidencias, arroja unas carencias y una falta de calidad que el Ayuntamiento no está dispuesto a consentir.
Más de 400.000 euros de deuda
Por otro lado, son ya más de 426.000 euros los que la empresa adeuda a las arcas municipales. Según las cláusulas del contrato, firmado el 22 de noviembre de 2013 por el anterior alcalde del Partido Popular, José Ramón Gómez Cueli, la empresa le debe al Ayuntamiento 45.320 euros en concepto del 1,5% de lo facturado, 313.662 de canon anual de explotación y 27.580 por el alquiler del local municipal donde se encuentra la oficina de Aqualia. A ello se une otro incumplimiento contractual más: el de invertir 40.000euros cada año en el mantenimiento y mejora de las redes e instalaciones del municipio.
Pese a que el Ayuntamiento ha requerido en reiteradas ocasiones a Aqualia mediante las correspondientes liquidaciones para que abone las cantidades adeudadas, la respuesta de la empresa privada siempre ha sido presentar recursos administrativos para eludir el pago. De esta forma, la falta de acuerdo entre la institución y la empresa responsable de un servicio tan importante como el agua hacen que la situación sea “insostenible”.