Asaltan su casa de Cartaya al salir a entregar a sus nietos los regalos de Reyes

El día de Reyes se convirtió en una "pesadilla" para una familia de Cartaya cuya vivienda fue objeto de un asalto a plena luz del día, mientras el matrimonio se había trasladado a Huelva a entregar los regalos de Reyes a sus nietos

El día festivo de Reyes se convirtió este año en una «auténtica pesadilla» para una familia de Cartaya cuya vivienda fue objeto de un asalto a plena luz del día, mientras el matrimonio se había trasladado a Huelva, donde reside una hija, a entregar los regalos de Reyes a sus nietos.

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#EnDirecto. Asaltan una vivienda en #Cartaya aprovechando que sus propietarios fueron a #Huelva a llevar los regalos de Reyes a sus nietos. Habla la propietaria Monte Correa Valiente.

Publicada por HuelvaCosta en Lunes, 7 de enero de 2019

Según ha relatado a HuelvaCosta.com la vecina afectada, Montemayor Correa Valiente, cuya vivienda se encuentra en una zona rural conocida como Pajareros, los hechos tuvieron lugar entre las diez de la mañana y las dos de la tarde del domingo de Reyes, cuando al menos un varón, según han captado las cámaras del sistema de alarma instalado en el domicilio, «reventó literalmente» las rejas de la ventana que da acceso a su dormitorio «con una regleta de obras».

Se da la circunstancia de que la vivienda «casi nunca se queda sola» porque «mi marido está enfermo y tiene problemas para moverse». No obstante, añade, el domingo «era un día especial y decidimos ir los dos a Huelva a llevar los regalos de Reyes a los niños», momento en que los cacos aprovecharon para asaltar el domicilio.

Según su relato «era poco antes de las dos de la tarde y ya estábamos llegando a casa, cuando recibimos una llamada desde la central de alarmas avisándonos de que las cámaras de seguridad estaban detectando en esos momentos la presencia de un varón sospechoso en su interior». «Nos advirtieron de que si estábamos cerca no entrásemos –prosigue Montemayor-, que la Guardia Civil ya estaba avisada y que llegaría inmediatamente. Y eso hicimos, aunque mi marido se bajó como pudo del coche y empezó a dar voces desde el exterior del perímetro de la casa, sin que nadie le contestara. Era como si se los hubiese tragado la tierra», añade.

Cuando llegaron los agentes, según su relato, éstos realizaron una primera inspección ocular, hasta que sobre las cinco de la tarde la Policía Científica se trasladó hasta el domicilio asaltado para coger huellas que, junto con las imágenes captadas por el sistema de seguridad, que también están ya en manos de la Guardia Civil, permitan esclarecer la identidad de los asaltantes.

Montemayor Correa ha señalado por otra parte que aún no sabe si se han llevado muchas cosas porque «aún no he tenido el valor de entrar en mi habitación, ni en la de mi hijo», que según explica fueron las dos estancias que registraron y revolvieron completamente. En este sentido añade que «aún tengo el susto y mucho miedo en el cuerpo y, de hecho, me he pasado toda la noche y madrugada pasadas en vela en el sofá».

Por el momento ha detectado la falta de un bolso, unas zapatillas deportivas, y algunas pertenencias de su hijo, entre ellas unas gafas.

Según la propia afectada, que interpuso ayer lunes la correspondiente denuncia en el puesto de la Guardia Civil de Cartaya, antes de reventar las rejas de la ventana de su dormitorio, el autor o autores del asalto «intentaron entrar por otras ventanas de la casa, cuyas persianas están visiblemente forzadas».

En un post que publicó el mismo domingo del robo en su perfil de Facebook, ilustrado con varias fotografías, Correa Valiente afirma que cuando entran a robar en una casa sientes como «violan tu intimidad porque sabes que han tocado todas tus cosas íntimas, y porque lo tiran todo y rebuscan entre tus pertenencias». «Pues bien, amigos, hoy me ha tocado a mí -prosigue-, que he salido de mi casa a las diez de la mañana y he vuelto a las dos de la tarde y, cual ha sido mi sorpresa que me han llamado de mi central de alarmas porque había un varón en mi casa intentando robar, me han reventado la reja de mi habitación y por ahí han entrado…». «Me siento fatal, -concluye- invadida, violada en mi intimidad y con un ataque de ansiedad tremendo».