Casi un mes después de hacer públicas sus quejas por la prolongada ausencia de dos de sus formadores, los nueve alumnos del itinerario formativo «Bar-Cafetería y Restaurante» –o camarero de sala- de la Escuela de Hostelería de Islantilla, afirman que «nada ha cambiado», y que por tanto siguen «sin formadores para el certificado de Restaurante».
Una situación para la que «no nos dan soluciones viables» de cara a «recuperar las horas que estamos perdiendo, por lo que podría retrasarse el curso hasta final de agosto, con lo que eso conlleva». Los alumnos añaden que esta situación se produce a pesar de que «todas las Consejerías y Delegación tienen conocimiento de la situación en la Escuela», así como de «la falta de recursos y material desde el inicio del curso».
No obstante los alumnos afectados confían en que se les busque alguna solución al problema en el encuentro convocado en Huelva para el martes de la próxima semana con representantes tanto del Servicio Andaluz de Empleo, como de la propia Delegación Territorial de Empleo, Formación, Trabajo Autónomo, y Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad en Huelva, al que tiene previsto asistir el delegado del ramo, Antonio Agustín Vázquez.
Como ya expusieron públicamente hace un mes, los alumnos afectados ven peligrar la obtención del título al que tienen derecho después de ocho meses de clase, debido a la ausencia de dos de los formadores, que causaron sendas bajas por enfermedad a principios y finales del pasado mes de marzo, respectivamente, y por la no sustitución de éstos por otros dos profesionales.
Afirman que las opciones que se han puesto sobre la mesa hasta el momento no solucionan el problema. Una de ellas pasa por «adelantar las prácticas del certificado de Bar/Cafetería, y que después volvamos a la Escuela sin asegurarnos si estará, o no, el sustituto; y con el riesgo de que si nos saliese contrato de trabajo después de las prácticas, tengamos que rechazarlo para proseguir con el curso».
Además, «si aceptamos adelantar las prácticas, no podríamos asistir a clases de Alemán, no pudiendo obtener el certificado de idiomas profesional, a pesar de estar el formador en la escuela y posponiendo su obtención para después de las prácticas».
Por otra parte, «si no tenemos sustituto, dos compañeras también se quedarían sin el certificado de Bar/Cafetería por falta de un módulo, y también tendrían que hacer las prácticas sin saber si obtendrán el certificado anterior» añaden.
Por último afirman que «se adjudicarían esas prácticas adelantadas sin tener acabados los dos itinerarios, y por tanto sin la preparación que garantice una formación de más de 1200 horas»; y que mientras la solución inicial fue que diésemos Alemán durante cinco horas al día, ahora pasa por adelantar las prácticas, con todos los problemas que ello conlleva».
Según señaló hace casi un mes a esta redacción el colectivo de alumnos afectados, el primero de los formadores se dio de baja a principios del mes de marzo «y entonces pedimos un sustituto»; y el otro al final del mismo mes, «por lo que nos quedamos sin ningún formador de esa materia, y solo con las clases de idiomas».
Durante el tiempo transcurrido desde entonces, añaden, «hemos hablado con el Servicio Andaluz de Empleo y con inspectores de Formación de la Delegación de Empleo, pero hasta el momento no nos han dado una solución».
Los alumnos indican que dada la situación, se han quedado solo con las clases de idiomas, que se imparten diariamente durante las tres primeras horas, permaneciendo las tres horas siguientes, desde la baja de los dos formadores, «en el centro, pero sin hacer nada».
«Realmente nos podríamos ir para casa todos los días una vez acabadas las clases de idiomas –añaden- pero queremos cumplir el horario lectivo y estamos en el centro hasta las tres de la tarde, para que por lo menos, por nosotros no quede».
Según los alumnos, las principales consecuencias de esta situación es que, después de ocho meses de clase, si no completan los módulos que les restan para acabar el curso, «nos quedaremos sin titulación», con el agravante de que durante el tiempo que están formando parte del alumnado de la Escuela «no podemos trabajar en ninguna parte porque el curso es exclusivamente para personas desempleadas».
Además, añaden, para la obtención del título es obligatoria la realización de prácticas no remuneradas en empresas durante las próximas semanas, las cuales tienen que estar supervisadas y certificadas no solo por los empresarios, sino también por los formadores, los cuales «hoy por hoy no podrían hacerlo por estar de baja».
Por su parte fuentes de la Delegación indicaron entonces que nada más tener conocimiento de esta situación, el propio delegado, Antonio Agustín Vázquez, se personó en la Escuela de Hostelería, donde habló del tema con los coordinadores del centro y con algunos de los alumnos.
Las mismas fuentes señalaron que se está «analizando la situación», que se ha derivado por dos bajas «de larga duración», con el objeto de «agilizar la contratación de dos monitores que sustituyan ambas bajas». No obstante, añadieron «hay que tener en cuenta que se trata de una escuela pública, y los procesos de contratación se ralentizan porque los procedimientos son lentos» y «esto es lo que obstaculiza la contratación de los sustitutos».
Por último indicaron que se están buscando soluciones como la «permuta» en cuanto a la impartición de contenidos, lo cual «permitirá adelantar a las horas que ahora quedan libres por la ausencia de formadores lo que se iba a impartir de idiomas más adelante con el objeto de que los alumnos no pierdan el tiempo», así como «adelantar igualmente las prácticas».
PROLONGADA HISTORIA
La Escuela de Hostelería de Islantilla inició el presente curso escolar a mediados del mes de agosto de 2018, después de cuatro años cerrada. Tiempo durante el que la incertidumbre fue protagonista tanto entre el personal docente y de administración, como en general entre los habitantes y empresarios de la zona.
Este centro, único en la provincia de su especialidad y uno de los cinco que existen en el conjunto de la comunidad andaluza, recibió para ello del Gobierno andaluz una inyección presupuestaria de 180.000 euros con los que, entre otras actuaciones, se eliminaron barreras de accesibilidad, se crearon nuevas dependencias y se rehabilitaron otras que se encontraban en mal estado.
Para el presente curso se pusieron en marcha dos itinerarios formativos: «Bar-Cafetería y Restaurante» y «Cocina», estando prevista su finalización para el próximo 12 de agosto después de haber impartido unas 1.300 horas lectivas cada uno. Los treinta alumnos que se incorporaron al presente curso entre los dos itinerarios, recibirán un certificado de profesionalidad que avala los conocimientos adquiridos.